Desde hace 33 años practico artes marciales, desde los 8 años Karate, desde el año 2002 Taichi. Toda la vida entrenando, y viviendo gran parte de la filosofía oriental en su aplicación. El karate ocupó gran parte de mi vida y marcó hasta hoy gran parte de mi personalidad, actualmente no lo practico de forma regular. Desde hace años, concretamente 11 años empecé a entrenar, al mismo tiempo que entrenaba karate, Taichi, desde entonces fuí entrenando cada vez más y más Taichi y menos karate, hasta la actualidad, donde el Taichi ocupa el centro de mi actividad física.
El Taichi es un arte marcial chino, sí, un arte marcial que te prepara para la lucha, aunque no lo parezca es un ejercicio físico muy intenso ya que prepara de una forma muy estudiada, lógica y sana a tu cuerpo para la luchay la salud. Lógicamente en mi caso, me apasiona la aplicación marcial, pero el ejercicio para la salud es lo que me mueve a practicarlo.
Existen muchas variedades de Taichi, muchas familias, pero el auténtico Taichi es el Taichi de la familia Yang. Es impresionante como está diseñado cada gesto, cada movimiento, cada técnica, todo tiene un por qué, todo está milimétricamente medido, cada posición, cada ángulo del cuerpo, de las extremidades, todo esta pensado a la perfección, física pura. el taichi aúna: fuerza, coordinación, equilibrio, masaje interno, emoción, fluidez, elasticidad…y lo mejor…es que funciona.
No voy a hablar de que el ejercicio físico, el deporte, es una condición sine qua non para mejorar la productividad personal, es obvio.
Quiero citar cuatro claves que el taichi potencia, sin duda, en mi productividad:
Uno,
La capacidad de foco, de atención, la focalización es, por supuesto, entrenable, el Taichi potencia de manera sublime este aspecto, la toma de conciencia de cada movimiento, el movimiento justo de los músculos necesarios para desarrollar la técnica, todo en su momento, en su ángulo perfecto.
Dos,
El equilibrio, la fluidez, todo en Taichi está en equilibrio, todo pensado, planificado, cada movimiento, armonía y fluidez en el ejercicio tiene sentido, el movimiento no para, la energía fluye en el interior. La no-interrupción guía el movimiento.
Piensa en el estado de flujo cuando estás trabajando, cuando nadie te molesta, cero interrupciones, eso es taichi.
Tres,
La rutina, el hábito, la práctica. Todo en artes marciales es repetición, rutina. Sólo a través de la repetición, una y otra vez de los movimientos, conseguirás la perfección de la técnica, el dominio del movimiento. Mecanizar, interiorizar cada gesto.
Piensa en tus rutinas del trabajo, un nuevo hábito que quieras implementar en tu productividad, ¿Cómo se fija? Sí, con la repetición.
Cuatro,
Control del estrés y de la ansiedad. Cuando prácticas taichi, prácticas una filosofía, una manera de actuar. La práctica continuada del Taichi es un antídoto de primera contra el estrés, no sólo a corto plazo, sino a medio e incluso a largo plazo. La respiración es una de los pilares que sustenta esta tesis.
El dominio del estrés, de las situaciones estresantes mejora tu productividad, te hace ser mejor, sin duda.
¿Te atreves con el Taichi?