La importancia de tener unos objetivos y un workflow
Hace años, unos cuantos, cuando me encontraba en plena avalancha de tareas, de proyectos y estaba desbordado por todos lados… buceaba por internet buscando ayuda, leyendo, probando aplicaciones, instalando, desinstalando > “no hay ninguna que realmente me ayude a mejorar mi productividad”. Uffff!! qué época, quería mejorar, tenía que mejorar, pero no estaba buscando lo correcto. ¿Por qué? Porque buscaba una solución inmediata que sin esfuerzo por mi parte me ayudase a mejorar mi productividad y eficacia personal. ¿Sabes? Eso no existe.
Solo con el tiempo, después de probar, aprender, ensayo-error, mejoras, aciertos, tropiezos… acabas configurando una forma de gestión con una metodología y un saber hacer definido y que funciona. Eso es, que funciona.
En la mayoría de casos que trabajo en mis consultorías personalizadas online. ¿Mayoría? Perdón en todos los casos de consultoría personalizada estratégica, en todos, todos, todos lo casos, esas personas no tienen una metodología de gestión, un workflow definido que ayude a gestionar los proyectos y áreas de acción (personal, familiar y profesional), a clarificar las prioridades, a centrarse en lo que realmente tienen que centrarse. Nada, muchos de los grandes directivos, mandos intermedios, emprendedores, trabajan a machete, trabajan el día a día, no hay un rumbo ni un “saber hacer” para conseguirlo. Están perdidos.
Recuerdo en una de las sesiones de consultoría con un directivo de mucho peso en la compañía. De tanto peso en la compañía (mutinacional de mucho prestigio) que era el nº 1 en España, el máximo responsable en el país. De él dependía el desarrollo de la marca, de la empresa, en España. En una sesión le pregunté “ ¿Cuál fue la última tarea que has desarrollada relacionado con tus funciones para la que te han contratado?” Joé!! El tío no supo que responderme. Había perdido el norte de sus objetivos y el fin para el cual lo habían contratado, el trabajo del día a día se basaba en apagar fuegos y a vivir de lo que le cayese encima.
El no tener una metodología de trabajo, una estructura, un criterio, un flujo de trabajo, hace que perdamos el norte, que nos perdamos en tonterías, olvidemos nuestras prioridades y acabemos sumidos en el caos.
Buena parte de la columna vertebral del Método Take Action se base en estos dos pilares: Objetivos y workflow (metodología-gestión).
01.
Los objetivos y metas.
Vital. Primero y antes de nada, tenemos qué saber lo que queremos conseguir “¿hacia donde tengo que remar?” para tener claras nuestras prioridades.
Tenemos que tener, primero unos principios productivos , unas metas de vida > Hacia donde mi dirijo en el plano personal, familiar y laboral. Después y basado en esas metas unos objetivos alineados con esos principios productivos.
02.
Un workflow.
¿Qué es eso de un worflow? Un flujo de trabajo, Un sistema que me ayude a conseguir mis objetivos, a trabajar y equilibrar las áreas de acción ( personal, familiar y profesional), que me ayude a priorizar y a saber qué tengo que hacer: este mes, esta semana y hoy.
Esta es el corazón del Método Take Action: saber qué quieres conseguir y dónde, cómo y cuándo tienes que centrar tu energía para lograr tus objetivos y equilibrar todas tus áreas de acción.
“…saber qué quieres conseguir y dónde, cómo y cuándo tienes que centrar tu energía para lograr tus objetivos y equilibrar todas las áreas de acción….”
J.M VILLARMEA
Consultor en Productividad y Eficacia Personal
Sin esto, nunca serás productivo, nunca serás eficiente, nunca lograrás tus objetivos. Deja de buscar por internet, deja de probar aplicaciones y pasa a la acción. Pasa a la acción de verdad.
Igual que un entrenador de fútbol tiene unos objetivos para el equipo, una metodología de trabajo para sus jugadores, una prioridades y una gestión de su plantilla… tú tienes que lograr lo mismo. Objetivos y metodología.
Actúa, haz y cambia.
José María Vilarmea.