Partimos de la base de que somos pura energía, sí, hablo de nosotros, como pilas. Cuando estamos cargados o recargados, según como se mire, nos sentimos pletóricos, llenos de vitalidad (energía) somos imparables, esa sensación nos hace mejores en todos los sentidos, pero todo se resume en un mejor rendimiento en general, somos más eficientes.

Con la energía a tope, nuestra sensación de frescura, activación y creatividad es brutal, nos comemos todo lo que se nos ponga por delante. Eso por un lado. Y por otro lado, nuestro nivel de concentración está muy asociado al nivel energético de nuestro cuerpo. Cuando las pilas están a tope, nuestra energía está bien distribuida y equilibrada, en general, nos sentimos bien. Todo funciona bien, la sensación de frescura mental es impresionante, estamos despejados, podemos pensar mejor, somos más creativos, más resolutivo, en definitiva, estamos más concentrados.

En el video post de hoy nos centramos en > energía, concentración y rendimiento en productividad y gestión personal y cómo aprovechar esos fantásticos momentos de máxima energía para hacer nuestras tareas clave o tareas más importantes.

Así que ya sabes > dale al play.

 

 

– José María Villarmea

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