El hábito que está cambiando mi día a día.

Ene 18, 2018Blog6 Comentarios

Pues sí. En otras ocasiones “lo habia intentado”, pero como que no. Esta vez, no lo intenté, surgió por propia necesidad y se ha convertido en un eje vertebrador de mi día a día. Estoy hablando de mis reflexiones diarias.

Comienzo el día con mis estiramientos matutinos, una ducha, el desayuno y…. el té con Evernote abierto en la libreta “Reflexiones diarias”.

 

Vamos por partes.

 

Recuerdo haberlo “intentado” pero lo abandoné, me daba pereza y me parecía un coñazo, no me motivaba, no me servía, con lo cual, a la papelera. Normal ¿No?

 

No sé, quizá será que me estoy haciendo mayor, pero mi propósito cada vez lo tengo más claro, en serio y las prioridades trimestrales son los pequeños logros que me acercan al propósito. Para mi el resto del año no existe, solo los 3 próximos meses. Es por esto, que cada vez, cuido más mi día a día, donde pongo mi energía y mi tiempo. Lo cuido cada vez más y más. Es vital  proteger los verdaderos hábitos positivos que impulsan mi productividad personal y me ayudan a conseguir mis prioridades.

 

Sí, surgió por necesidad, una semana de esas que se alinean todos los planetas y que la avalancha de tareas es lo mejor que te puede pasar. Esa semana me dije “necesitas un ancla a donde agarrarte”. Paré, pensé y nació la reflexión diaria.

 

Un ejercicio de apertura del día y de cierre del dia, diario si quieres llamarlo, me da igual como lo llames, para mí es una clara reflexión. Una reflexión de mañana y una reflexión de final del día.

 

– Pero José María, tio, teníamos la revisión diaria y ¿ahora esto?

– Si, pero no, PEPITO. Esto es un escalón más. Esto, querido PEPITO es un plus, ha tenido tanto impacto en mí, que he decidido incorporarlo al Método Take Action, que por cierto, ha tenido algún ajuste que ya te contaré. Ya sabes que es un método o como me gusta llamarlo a mí un know how, que si lo entiendes en su globalidad, es super flexible y adaptable y hasta modificable ¿por qué no?

 

¿Qué busco con la reflexión diaria?

Es muy simple, parar antes de empezar y parar al finalizar. Es un acto de toma de conciencia centrado en resultados y calidad de trabajo.

 

¿Cuándo se hace y para qué sirve?

  • Por la mañana antes de comenzar el día

Tiene que ser un momento de tranquilidad. Sí de tranquilidad. No te va a llevar más de 6 minutos. No me j…s y no me diga que no encuentras 6 minutos antes de comenzar el día.

¿Imposible? Te doy la solución, levántate 6 minutos antes. Punto.

El objetivo es, parar antes de comenzar, coger perspectiva, escribir, y orientar tu día a tus 3 avances.

 

  • Antes de dar por finalizado tu día.

Por ejemplo antes de ver la serie de Netflix con tu pareja.

Lo mismo, un momento de tranquilidad, 6 minutos.

Este es el momento de reflexión y de rendir cuentas con tu primer momento de reflexión del dia.

 

Este es el guión que sigo.

 

 

Cada día, incluido los sábados y domingos no perdono las reflexión diaria.

 

Es tan grande el beneficio que me aporta que si no lo hago cada día, noto que me falta algo.

 

Te propongo, manos a la obra. No dudes en ponerte en modo “reflexión diaria”, es brutal como endereza tu día, como escribes de antemano lo que quieres que pase y como al final del día te hace tomar conciencia en qué medida has conseguido lo que te has propuesto. En caso de que no, por qué y por último, reflexiona sobre la calidad de tu trabajo.

 

PD:

– “Escribir lo que quieres que pase?”

– Concho! Pepito, era raro que te quedases callado. Si sí, ya sé que es impredecible el día. Pero… ¿A que sí tomas esos 6 minutos, visualizas qué 3 avances quieres conseguir en el día y te lo tomas en serio: tendrás más probabilidades de conseguirlo porque …dirás más veces que no, priorizarás mejor y las urgencias te pareceran menos urgencias?

– Ains Pepito!! 😉

 

José María Villarmea.

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