¿Somos y actuamos en función de lo que se espera de nosotros? ¿Nuestra conducta, rendimiento y resultados está directamente relacionado con lo expectativa que las personas de nuestro círculo de influencia esperan obtener de nosotros? Sí, sin duda y rotundamente sí. Nuestro desarrolo tanto a nivel intelectual, a nivel de conducta y de rendimiento resulta en gran medida una respuesta a las expectativas que otros tienen de nosotros y como se transmiten. Este es el Efecto Pigmalión. Brutal. Este es el tema central del post el efecto Pigmalión y la productividad personal

En los años sesenta se hizo un experimento en una escuela: a un grupo de profesores se les presentó dos grupos alumnos para trabajar con ellos, un Grupo A donde se le informó a los profesores que era un grupo de alumnos “especiales” que habían obtenido resultados excelentes en unas pruebas de inteligencia, alumnos con un gran potencial y a las puertas de desarrollar una altísima capacidad “su potencial era inmenso”. Y por otro lado un Grupo B de alumnos “normales”.

En realidad esto no era verdad, los niños del grupo A y del grupo B tenían las mismas capacidades y estaban designados a cada grupo completamente al azar. Sin ambargo a los profesores que iban a trabajar con ellos se les generó unas expectativa diferentes sobre uno y otro grupo.

El experimento estaba claro > tomaron a los profesores como cobayas y su objeto era comprobar si aquellos chicos respecto a los que los profesores tenían mayores expectativas terminarían mostrando un mayor crecimiento intelectual que el resto de los chicos del grupo de control cuando se les evaluase.

El trato, la expectativa y esperanza de los profesores sobre el grupo de supuestos “altas capacidades” estaba orientado hacia el éxito, la confianza y la creencia hacia resultados exitosos. Después 20 meses de trabajo con estos alumnos, los resultados fueron brutales > el grupo de supuestos “altas capacidades” obtuvieron mucho mejores resultados que el grupo control ( “niños normales”) > en realidad todos eran iguales.

La conclusión del experimento es demoledor > el desarrollo intelectual de los estudiantes resulta en gran medida una respuesta a las expectativas de sus profesores y la manera en que estas expectativas se transmiten.

Pero…¿cómo llevamos esto a la productividad personal? No os voy a contestar, lo dejo a vuestro juicio. Unas pistas –>

– La productividad personal es la capacidad que tenemos de sacar de dentro lo mejor de nosotros mismos.
– ¿Qué esperan los demás de nosotros? Nuestro jefe/a, nuestro compañero/a
– ¿Tenemos la misma expectativa ,por igual, hacia las personas de nuestro equipo?
– Piensa, seguro que te viene a la mente esa persona, ese/a “crack” de la oficina, del equipo de ventas, no sé… esa persona etiquetada como ” crack” por la gran mayoría < ¿ esa persona reacciona según lo que se espera de ella?

Este es uno de mis grandes mantras, El efecto Pigmalión o puedes llamarle La profecía autocumplida. Un efecto devastador para unos y propulsor para otros.

¿Identificáis este efecto en vuestras vidas? ¿En realidad creéis, como yo, que los aspectos emocionales juegan un papel vital en la productividad personal? En este caso ¿consideráis que El efecto Pigmalión influye en nuestros resultados?

– José María Villarmea

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