“Instituir un método que nos permita fluir en vez de huir nos dirige a construir en vez de destruir”. Rob McBride

He retomado hace un par de semanas uno de los hábitos más productivos que he desarrollado: adelantar mi jornada de trabajo dos horas por las mañanas para dedicarlo a las tareas clave del día. No voy a hablaros de los beneficios de este hábito productivo, eso ya lo he hecho aquí. En ese momento alcanzo un estado de máxima productividad que consigue impulsar mi enfoque y mis resultados.

Este  estado, que engancha, muchos lo llaman, “estado de flujo”, no sé como definirlo… quizá así, pero de verdad que es alucinante. En este estado, libre de distracciones, monotarea y de un enfoque máximo, huelga decir que alcanzas un estado de creatividad, de imaginación, de lucidez, de claridad máximo.

No solo se consigue esta experiencia con librarse de las distracciones, si no por una conjunción de fenómenos cruciales que envía información a tu cerebro y le dice ” ¡es el momento de máxima concentración, a por ello!”, Estos dos aspectos los cuido mucho para que me ayuden a ” fluir”. Atentos,

  • Primero,

– Fija siempre en tu calendario un tiempo, todos los días el mismo , para dedicarlo a tus tareas clave, a tu máxima productividad.

  • Segundo,

– El espacio-lugar de trabajo para tus tareas clave debería de ser siempre el mismo. Estos dos puntos son fundamentales para que se establezca un condicionamiento clásico, esto es, un aprendizaje estímulo-respuesta que nos prepará para alcanzar el “flujo”. Para ejemplificar esto pensemos en nuestro hábito de irnos a la cama: siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Cuando se acerca la hora de acostarse, llevamos a cabo unas rutinas ( lavarse los dientes, poner el pijama, el despertador..) que inconscientemente van preparando nuestro cuerpo y nuestra mente el descanso, poco a poco nos vamos relajando, entrando en un estado cada vez màs aletargado. Esta “preparación” inconsciente es provocada por los estímulos condicionados de los horarios y y del ambiente.

  • Segundo,

– Como no, la profecía autocumplida. Las horas que hemos fijado en el calendario están reservadas únicamente para trabajar las tareas clave, es el momento para ” fluir”, y así debe de saberlo nuestra mente, tenemos que programarla para reservar justo esas horas para alcanzar la máxima productividad.

De esta manera, son 3 los aspectos clave para alcanzar el estado de flujo óptimo en nuestra productividad: distracciones cero, bloquear un tiempo en el calendario (todos los días el mismo) y asociar un espacio de trabajo a ese horario.

@jmvillarmea

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José María
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